Muchos son los artículos que
hablan sobre la personalidad de cada usuario de las redes sociales según los
gustos que se expresan en éstas.
Y es que realmente las redes
sociales podrían ser utilizadas como testes psicológicos. Pues bien, en la
revista Muy interesante sacaban este titular: “Twitter predice el riesgo desufrir enfermedades cardiacas”
Puede que el titular parezca
exagerado, pero realmente a mi no me sorprende. Nos hemos acostumbrado a
utilizar las redes como expositores de nuestras emociones, sin meditar por un
momento que todo el mundo tiene acceso a esos pensamientos. Pero, ¿realmente le
interesa al mundo que estés enfadado
porque has pillado un atasco debido a unas obras tras pasar un día de perros en
el trabajo?
Al mundo no, pero a tu psicólogo
sí. Las redes sociales no están hechas para el desahogo, ni para mostrarle al
mundo lo genial que te lo pasas tomando 6 copas todos los fines de semana, (en
este caso acudir también al médico para que le echen un vistazo al hígado).
Este tipo de conductas dice mucho
de nuestras situaciones emocionales. Lo que poca gente sabe, y va a ser el
descubrimiento del siglo mi siguiente aportación, es que… ¡tiene cura! Pero
antes de desvelarla voy a seguir con más argumentos.
Muchos psicólogos se han
pronunciado acerca de estos comportamientos, y no es lo que ha dejado de hacer
el estudio que ha salido en la noticia que os he mencionado al comienzo del
post.
Pero, ¿por qué este
comportamiento? Un libro muy interesante llamado El mono feliz, escrito por
Carlos Chaguaceda, me ha aportado la clave. Y es que, según el libro, estudios
revelan que una gran mayoría de gente se siente superior con respecto a la
otra media. Vamos, que se creen super
guays y se creen que todo les pasa a ellos, lo bueno porque son geniales, y lo
malo porque ese día les ha bajado Murphy a ver. Quien no haya tenido al típico compañero que en vez de
preguntarte qué tal empieza: no te imaginas lo que me ha pasado… y así día tras
día (porque claro, a él siempre le pasa lo más fuerte) que levante la mano que
me voy a trabajar ahí. Claro que después de contártelo a ti es imprescindible
contarlo a todos sus “amigos” de Facebook, Twitter e Instagram. (Apunte mental:
¿He de decir “amigo” o simplemente tacharlo como contacto?)
Y después de este alarde de
superioridad de muchos, o tras mostrarnos lo depresivo que es, tengo la receta.
¡Y vale para todo el mundo oigan! Humildad y Felicidad. Dicho lo cual, ya me
podría haber patrocinado Coca-Cola.
Seguimos debatiendo sobre Redes
Sociales, navegantes.
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